miércoles, 19 de abril de 2006




“LA EXACTITUD NO IMPLICA LA VERDAD”


FRACCION HEDONISTA LENINISTA:

Manifiesto

Zhivagos profundamente dolidos por lo que nuestros ojos y pobre intelecto ve, vamos izquierdos al profundo hechizo del mañana. Antes o después el mundo se salvara de la extinción solo a través del socialismo, de ese socialismo que vive en el pueblo, ese que no tiene kilos y kilos de maquillaje intelectual. ¿Vanguardia?, ¿Quienes somos para declararnos Mesías que llevaran al pueblo a la verdad?. El pueblo ya la tiene latiendo adormecida bajo los miedos diarios, rutinarios, algunos muchos en el hambre, algunos menos en la movilización. Nosotros sabemos que cuando ellos se eleven por sobre la historia y la tomen en sus manos intentaremos evadir el poder, de otro modo arruinaríamos todo.
Solo aseguraremos la destrucción de la familia y la liberación del deseo sexual. Esto será costoso, doloroso. Todos estamos impregnados de milenios de sentimientos acaramelados y de instancia privada y privativa. ¿Cuantos han podido realmente desviar de sus mentes el sentimiento de posesión que se celebra en el rito de los amantes? Debemos hundir el Thanatos en océanos de orgasmos elevando el Eros a cúspide de la vida diaria. Hay mas verdad entre las sabanas que en todas los tratados filosóficos de la historia del mundo. Sabemos que cuando se corre el telón final comienza el teatro y cuando acaba el sexo empieza el clímax, sabemos que la pesadilla es casi ineludible pero opondremos la lujuria en carnavales de primaveras post pestes... Sabemos que nuestros genitales de tragedia griega no deben ser los que manden, nosotros deberemos marchar hacia las ciudades blancas del desierto, quedarnos ahí, lejos de todo. No debemos mandar, ni guiar, ni ordenar el mundo nuevo y transformado por que Nerón vive en nuestras almas, la corona de laurel no cae de nuestras cabezas, somos paganos, vivimos en la repetición ritual de la vida en los bosques, la felicidad es un banquete en el Valhala, somos sátiros eléctricos y centauros de metal rumiando la hierba cercana a las puertas del Tártaro. Nuestro corazón es la caja de Pandora, hijos de la unidad en el caos, besos fractales en el vuelo nocturno de un búho.
No adherimos a preceptos preclaros, a axiomas desde los cuales se explica todo. Nuestro dioses son tan brutales como nosotros, son imperfectos. No suscribimos a Dioses de Tribunas y Marchas y denuncias verborragias emitidas por profetas elocuentes y sabelotodistas. Ningún adjetivo calificativo nos redime, ni el de revolucionarios. Ningún adjetivo calificativo nos eleva por sobre alguien. Allá al final esta la muerte, la guerra perdida pero también el banquete de los valientes, el vino el las copas de bronce y la ordo orgiastiam. Repetiremos una vez más: no somos enemigos del mañana, ni amigos del hoy, nuestro trabajo es oracular y no interrumpiremos el nuevo orden que emerja del levantamiento de los oprimidos. Viajaremos lejos, con chamanes y caciques y sus pueblos, viajaremos cantando dulces canciones indias de verano, cuando los hielos corren montaña abajo. Creo que pueden concedernos una reserva para hombres salvajes. Y si no pueden o no quieren entonces verán la última carga de caballería de la historia y el fin de nuestro clan lluvioso. La última batalla que desde este bando nadie quiere dar, por que la solución al vacío tiene varias soluciones, no solo ojos rusos.

Heraldo Negro

lunes, 10 de abril de 2006

Acertijo.

Caleidoscopios digo sin quererlo. Demasiado pronto antes de escuchar a Polifemo llegar. Permiso, te miraré a los ojos. Después compraré dos besos y encerraré el cactus en el armario para que no nos vea. Contradictoriamente tampoco lo veremos. Pensemos. ¿Pessoa era portugués?. No podría haberlo imaginado... Dos jotes nadando en la repisa, cientos de gotas sentadas en el cine. Y... ¿Uno de Miles?¿Qué te parece de Parker?.... El descorchador ha muerto, problemas mecánicos y fugaz salida en busca del reemplazo. Pasta de dientes, dentífrico, mimos, detergente bucal, canelones con queso-rpresa. ¿Y Davis?... cerveza, preámbulos a la noche, ronquidos, ¿Levantarse?, explosiones calefonicas, teléfono y timbre, irrupciones a la hora del mate. Hielo. Cine para no ver. Camuflados en las sábanas, mimetizando el placer. Grillos, humo invadiendo, líquenes, monómeros, aparatos, todo se ha mojado. Almohada, color del vino, cuerpo, verdades. No me voy, me quedo, omelet, flamenco y sociedad. Unión, arácnidos, radio y anécdotas. Ascensor, prismáticos, acertijos, leyes y ruidos. ¿Locura?... caminos, lunas, infiernos, yogur, barriletes y purgatorio. Perro, mudanza, recuerdos, corales y claveles. Drogas, camello, dolores, agendas, postales, plata y agua. Miedo. ¿Amor?. No te quedes, ventanas... lenguas, nubes y secretos. Nada y todo. Imaginemos. Contigo y solo. Solo contigo. Explicaciones. Horizontes y estas palabras quedando como quietas, guardadas. Llueve... lágrimas al sol y delirios. Sueños... ¿Nos vemos después?...

miércoles, 5 de abril de 2006

Aquiescencia para el silencio

A Plutón le dije, tan distante y frío, que nada interesante existía.
¡Y el eco me dijo que era yo el que no interesaba!

Con Saturno, cuidándome de sus anillos, le dije que nada importaba.
¡Pero el que no importaba era yo, me dijo el eco!

Júpiter, pequeño rey mago, dios orondo de los bulevares que me iluminó una noche, inspiró el gozo y el delirio en mis palabras.
¡Pero mi voz es tan horrible, tan tosca, que no soporté el eco!

Hace tanto tiempo que dije a Mercurio cosas tan temblorosas...
Quedé debiéndole un viaje a Neptuno. No voy a recordárselo.
¡Es un eco de cornisa, es el viento!

Y mi hermosa Venus, diosa verdosa de blusa hasta los hombros y pelo mal teñido ¡nunca te dije nada aún!
¡Y el eco se ríe de este miedo!
¡Se ríe, se ríe! Y festejando grita: ¡Ha vencido tu licencia de cortejo!