miércoles, 18 de enero de 2006

Ayer...

No sabremos nunca en que momento nos hacemos más insensibles, solamente ocurre, como de a poco, sin que nosotros queramos. Jamás estamos tan lejos de nosotros como en ciertos instantes... ¿Será que la capucha negra nos empuja unos pasos más allá, donde no teníamos pensado ir, y nos invita a pisar esa ciénaga de lamento y ausencia, en donde todo parece tan irreal y a la vez es tan "dolor" que no podemos más que separarnos de nosotros mismos para no caer al pasto? Y... la realidad nos pega, nos acaricia con una sombra, nos pega estando quieta y nos manda a dormir temprano, mañana será otro día dicen los que saben. Los que saben que mañana es otro día, y que por más que intentemos otra cosa va a seguir siendo una invariabilidad del tiempo sobre nosotros. Nosotros que nos creemos tan listos, ¿Estaremos listos para comenzar de nuevo?...Ya lo creo.... pero ahora ya no sé lo que creo.... Sólo sé que ya no creo ahora muchas de las cosas que nunca creí. Y para empezar de nuevo por ahí no está tan mal. Es un intento... como el mañana, que quizás es el intento que hace el hoy, un hoy que tiene un ayer feo, un ayer malo, pegador y sobretodo real.

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