sábado, 20 de junio de 2009

Nunca lo entenderías




Y yo tampoco
las reglas son demasiados rectas
y el ego es una serpiente.

Y la cruz que tiembla
en la esquina de tu escote.
el silencio se muerde los labios

Nadie quiere saberlo
pero todos mueren por la novedad
el muerto es el que grita

Contengo la respiración,
hipo de negras en el diafragma

Guitarra, me gritas con tu boca de o
Me deseas, lo sé

Nadie conocerá esto,
tengo demasiada suerte

Suelo cortar dos números,
hacerme el dormido y echarme la fama

lunes, 15 de junio de 2009

Busca a la chica con el sol en sus ojos


"pero lo nuestro es pasar"
Antonio Machado



¿Cuál será mi estela?
¿Que dejaré al dejar?
Sera de mi cuerpo una casa de lombrices
¿Será mi epitafio una frase o un suspiro de cenizas?
Noble piel de caballo en la entrepierna,
tierna carne de vacas que han pasado por mis dientes.
Pelos de perro, un papel de caramelo perdido.

Que quedará de lo que recuerdo ahora,
mañana, cuando sea vieja
cuando ya no pueda gritar.

Donde estará la poesía que recordaba de memoria,
tuve que destruir el papel.
Donde descansara hoy, tan lejos de mi
ese gallardo anarquista.
Ya no lo recuerdo, más que detrás de una reja.
Ya no lo recuerdo.


Y donde estarás, tu mi compañero
el que ha surcado el mar conmigo
el que ha levantado una casa
el que me ha dejado descendencia,
el que de maderas hacía ruedas, camiones para niños.
Aquí en el fin del mundo.
Aquí en el fin.

Hoy río sin saber porqué
hoy río de aguas que no arrastran sedimento,

Porque solo sé que la risa no duele
intento recordar, es mejor reirme de mi.
Reír es lo que me hace natural.

Donde estaré yo
que he vivido una vida
y ahora soy.
Esto.
Pronta a ser la desnudez del tiempo

miércoles, 10 de junio de 2009

El sueño de Zeigarnik


Primero la guerra. Y no sé porque yo era soldado. O algo que se le pareciese, pues no se puede decir que todo el que lucha es soldado. Yo estaba en la lucha sin saber porqué. Todo era ruido, escenografías gigantes. Todo era siseo de balas, patadas y gritos fieros. No entendía muy bien, de hecho no entendía absolutamente nada. No hay mucho tiempo para pensar cuando lo que te van a cortar es justamente la cabeza. Pero ahí estaba yo luchando a diestra y perdiendo a siniestra con personajes de baja estofa, de calaña diversa. Desde fieles servidores del Gran Kahn, hasta ninjas, samurais, sarracenos y cruzados, hasta boinas verdes. Imposible entender en que bando estaba, más que en el mío propio.

Era Vietnam en la sala de estar.

Me encontraba en el posabrazos del sillón, luchando con un soldado G.I. Joe medio gringo, de pelo corto y ojos azules. Sobre la ventana, a lo lejos, se veía un batallón perdido en plena refriega y de fondo el cielo, con sus luces parpadeantes.

martes, 9 de junio de 2009

LO UNICO QUE IMPORTA ESTA EN LA TEMPESTAD

Canción del Tornado

Hay que saltar cuando el viento llega. Saltar al medio del tornado, aturdido entre el sofocón y el golpe, entre la ruleta y las risas. Sobre labios y labios en una hecatombe húmeda …
Ya no soy el rey de los vientres, estoy dormido y ya no siento cabelleras en el rostro, ni senos presionando mi espalda vieja. El tornado se ocupará de eso, yo, que fui el andrajoso rey de los vientres les digo: Jamás me fui, solo estuve ocupado en las afueras de la ciudad.

Resaca del Dr. Jeckill



Quién cambia allí, en una cama o en el cosmos:
el perfume o el que huele?

Julio Cortázar

Hyde:

Sucede a veces que la crisis de la fe nos agarra de improviso, y en plena resaca apunta directo al órgano donde se aloja la angustia. Porque, vamos a ver, no me puede decir usted que no existe un órgano que se encarga de la angustia. Si es que la angustia se siente por aquí, en algún lado del cuerpo.

Cuando se ha ido ya usted y me refresco la cara frente al espejo intentando, en vano, purgarla en mi escupidera de latón, empieza la imaginación a prometerme de vuelta su mundo bucólico y tengo la vaga sensación de no estar hecho ni para lo monstruoso ni para lo aburrido. Para la rutina y el vicio, alternadas, o juntas, y viceversa. No puedo soportar ser yo, pero tampoco ser usted (¿o es usted que soy yo, o somos entidades diferentes, inquilinos fortuitos de un mismo cuerpo?). Tengo la irritante sensación de que a usted tampoco le agrada del todo, pero acaso lo disfrute.

¿Tanto hay de dualidad en las cosas? Acaso quede poco por elegir, o puede que lleguemos siempre tan tarde al reparto de virtudes, que ya se hayan llevado la pata del pollo.

Puede incluso que hayamos llegado tan temprano que no podamos decidirnos.

Cumplimos los dos una carga penosa, amigo mío. Por un lado debe usted hacerse cargo de decir y hacer todas las cosas que por cuestiones de cobardía, de insidiosas miradas ajenas y de los ecos panópticos que me afectan, no puedo yo cumplir; por el otro mi persona debe soportar las magulladuras y los golpes, la incertidumbre de no saber que ha hecho usted exactamente con este cuerpo que poseemos en condominio. ¿No parece gran cosa verdad?

Me corroe. Me inunda. El día después solo existe culpa y remordimiento.
También debo decirle, para hacer justicia, que no creo que todo deba ser necesariamente tan malo. Recuerdo perfectamente y con cariño el ménage à trois que tuvimos oportunidad de disfrutar, aunque sé que usted se acordará menos.
No he vuelto a ver a aquella simpática fierecilla que supo hacer las delicias de ambos esa madrugada.
Podría enumerar miles de historias imperdonables, pero no estoy para reproches, ni para acicalar los renglones del anec d’otario.
Me tachará usted de individualista, pero viendo como está el patio, prefiero un solo pelmazo, lumpen y decadente, antes que cargar a cuestas con otra patética versión del circo de Moscú. Al Gulag de las emociones mando a usted. Mi esperanza está en Siberia.

Sepa que es usted un monstruo, un monstruo libertino, que amparado por sus secuaces de la liberalidad tolerante no hace más que corromper al cuerpo y el alma que compartimos.

Dice usted lo de “destruir para construir” y va arrasando impunemente la poca dignidad que nos queda. Va dejando a su paso un solar donde ya no crece el pasto, con vuestro poderoso herbicida de la decadencia.

Cariños de lo que queda.

Dr. Jeckill


Jeckill, amigo:

Este mi decálogo, no los tome usted como las tablas de Moisés, pues no están escritas en piedra:

1) La falacia del poeta es desaparecer. Es creerse impune de sus escritos, de su verborrea y de su saliva. Yo me borro. Usted aparece. Por tanto es usted, no soy yo, en la madrugada, en esos brazos extraños abigarrados.

2) La conquista es algo así como pedir un crédito. Uno debe demostrarse capaz de pagar y hacerle creer al dependiente de turno que no necesita ese préstamo. Eso es lo que suele pasar. No me malinterprete, pero debo decirle compañero: tiene usted una cara de moroso incobrable.

Así las cosas en la financiera del amor, resulta todo en una hermosa simulación de aproximadamente tres meses a plazo fijo. Es lo que dura la pata de la verdad terrenal.

3) La verdad del espíritu puede seguir oculta.

4) Ha dibujado con tiza policial su cuerpo." ¡Ahí está la pobre victima! ¡Mirad! ¡Esa es su silueta! Lo pinta usted muy fácil, mi amigo. Y es que no repara en la cantidad de lunas a la deriva en alta mar, con las redes vacías, cuando no encallado y rompiendo el barco en un acantilado, luego de obnubilarse con los cantares de las sirenas.
Pasan olímpicamente las miradas, trastornadas por el naufragio del vidrio tostado, de las olas de espuma en el jarro.

5) ¿Es la luna un nuevo espejismo?

6) Alguien ha pegado migas de galleta en el techo que simulan ser estrellas.

7) Disfruto cada locura y resentimiento. Disfruto cada desvío del colectivo. Disfruto la contracorriente, ser el salmón de las siete de las mañana en un río de obreros yendo a trabajar, ¿Cómo puede usted quitarme semejante placer con su patanería de little bourgeois?

8) Paisajes enteros borrados por un reflejo estentóreo; iluminados por el estado mágico que muerde la dualidad.

9) Me acusa usted de monstruo, ¿pero hay acaso algo más monstruoso que vuestra cárcel de sentimientos? Ese lugar putrefacto donde cada emoción es fichada y tiene un legajo. Donde la lógica es el barrote de la fe en la pasión. Y usted el cancerbero que preferiría ser acéfalo. El hombre de mil cabezas sin presupuestos para migraña. Esto ya no tiene fin.

10) Por eso le digo y me mantengo en mis trece. A ciertas horas, amigo, ya no se puede ser exigente. Y mucho menos escamotearle al beso.


Mis mejores deseos, que es lo de menos.

Mr. Hyde

lunes, 8 de junio de 2009

Frinsomnio


Pedir un poco de pan, comer la migaja de la historia.
Cambiar el pasado, dejar ésta impronta magnética.

Yo también tengo mi propia teoría del universo. El miedo es una variable.

Volar bajo el puente, volar abajo un puente
Volar por el mar, ahogarse en el cielo

Yo también tengo algunas ideas. Varían según el miedo.

viernes, 5 de junio de 2009

Kilroy estuvo aquí



"En el fondo de nuestros ojos

se perdían
bonitos cálculos orientados hacia el porvenir,

como los de los muros de las prisiones."

André Bretón


Ganador moral es una invención burguesa. Si dices blanco, pinta sobre el blanco. El negro es contraste, pero no deja de ser, parte de tu pintura. El ritmo es un violador serial. El silencio también es música. El ruido es la música de los ciegos. Eliminar el vacío, aunque el vacío tenga un destino. Es la guerra. Y la guerra a todo le da un sentido.

jueves, 4 de junio de 2009

Notas de la revuelta


"Cuando no quede vida por mirar
Y te enteres de tu imagen proyectada"


Roberto Pandolfo


Niñosanto,
como cruzado
avanzando por Europa hasta perderse,
inocente, pero ya mayo.

Anarco bohemio,
con tickets de tintorería
sospechando en el espejo a un yuppie sin sangre

Esotétrica
Del miedo al miedo. Terciera hacia abajo

Liberticida.
Perdido en la calle de las procesiones

Sexorcista.
De la frigopoesía, con palabras magnéticas.

Nubes que hacen sombra a tus nubes
La tierra es una esfera,
desde el cenit
no queda otra cosa mas que bajar

Huidiza visión.
No puedes huir, has dejado todo aquí.
Dices que no vuelve.
Pero...
Puedo sentir como un leve sismo
la callada melancolía de tu boca

miércoles, 3 de junio de 2009

In the pendencia



Caprichos de la percepción,
el zumbar de los coches es el oleaje del mar,
el pitar de una sirena es su cantar,
el silencio es el oro de Alí Babá.

El llamado del padre es la excepción,
estar solo pero no en soledad.
Preguntar.
Preguntarse el sentido del sentimiento.

Percepción caprichosa.
¿Que valor tiene esto?
¿Que vale nada? ¿que cuesta todo?
¡Que no cuesta nada! ¡Que vale todo!

Ahora soy consciente de mis pestañas,
soy consciente de todo:
de lugares extraños que son míos,
de que no extraño nada, y es muy raro,
y nada es raro, y nada es extraño.

Todo es nuevo, hasta lo viejo
será que se ha muerto la memoria.

El mundo de alrededor se convierte
en una sutil dependencia,
en el frágil hilo que sustenta
inconscientes, violentas marionetas.

Leyendo lo que no está escrito,
pintando olores en el lienzo,
puedo hacer de lo novedad algo continuo,
como una caprichosa percepción de la memoria