lunes, 29 de enero de 2007

Culto da Caña (homenaje).


Casi como un sueño, te recorro día a día. Noche a noche te recuerdo pensando en qué más me darás.

Confortablemente adormecido te miro y no logro comprender tu grandeza. Cuerpos tortuosos la acompañan eternamente. Están esperando que los lleves más allá, aunque pensándolo bien, nunca se van a ir. Ella los va guiando, los pone frente a su propia fuente, su elixir más preciado (lo que hay debajo), su vida misma.

Partís a mi mundo en dos, sin penas ni rencores olvidados. Simplemente tú fluyes, y tus ánimos confluyen dejándome parado en la mitad de lo que yo mas quiero.
¿Dónde estabas en los años que yo más te necesite (esos años de soledad ideal)?. Yo necesité tu claridad y tu guía. Pude haberme perdido si la suerte no me acompañaba.

Tu presencia me ayuda a estar más equilibrado y presente. Me das todo lo que, por el momento, estoy buscando. Transito tu cintura y tu costado más amable, disfrutando de cada momento que me das. Trato de no perderme nada, registrando paso a paso tu presencia en mi voz.
¡Cómo me gustan esos momentos!. Vuelve a atraparme, vuelve a raptar mi mente y llenarla de recuerdos. Vuelve, sólo vuelve a condenarme a una vida de perpetuidades.

Quiero verte abundante, completa y llena de regalos para mí. Quiero poder saborearte más de lo debido, pudiendo quedarme con algo para mí, que dure para siempre.
Quiero escribir, quiero contar y cantar. Quiero tocar y mostrar. Quiero que vuelvas a mí.

Esta noche te voy a ir a buscar, aunque sea solo para verte de lejos.
Sabes que debo verte para alimentarme, para no morir en el intento de vivir.
Siempre vas a estar en mi mente, como esa gran proveedora de sensaciones.

Necesito más ideales...
Necesito tenerte...
Necesito verte...
Necesito arte...
¡Pero hoy!

lunes, 8 de enero de 2007

La invención del misterio

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