martes, 3 de junio de 2008

Tríptico

Pasado

Las cadenas se han salido de lugar.
En la cerradura del poste de luz se cuela un incendio porno,
Y por la cerca que pintan esos rayos catódicos, sobrevuelan albatros.

Naufraga en la banderola, algo mas que un taparrabo viejo,
y la soberana ausencia de los ojos sobre el yo,
es la peor espera que ha sucedido

Asado

En el suelo las prendas, que han sabido de fiestas
en el gozo un murmullo que me adormece.
Disfraz de carnaval para el rey de diamantes,
persiguiendo ases de tréboles marchitos.
Este caníbal mastica flores,
navega en los ríos de un mapa escolar.

Sado

Los copiosos escribas analfabetos
zumban al oído el cannon de Pachelbel.
Un circulo hermético de obstetras con pinturitas nuevas
memnónidas volando en cicatrices
vomitan novedades de sala de espera.
una banda de músicos de tableros de ajedrez

Huye alguna vez de tu casa (al menos una vez!)
Los cuentos felínicos.
Cuales son los miedos si (el sin control te hace vencerlos)

Mami, Papi: ¿Puedo salir afuera a hacer la revolución?
Sueñas la guillotina acariciando levemente
el instante , ruido imperceptible,
que atraviesa la primera capa de piel del cuello,
muere la reina! bye bye Edipo
Te odio tanto que te pediré disculpas.
te haré un retracto con mis discípulos.
A esa garganta fuelle, de tanto bruñir el picaporte, ha tenido un orgasmo.
Es un cometa, un espermatozoide
cometozoide
Cometa Halley en un cross directo hacia el rostro

Cuando las bocas ardan
y los rostros sucios de miedo enarquen nuestros gritos
no miraremos al costado
sabremos
quien
esta
en
la
misma
trinchera.

domingo, 1 de junio de 2008

Eros y Ludus

"SI DE LA MEMORIA
NO ME ACORDARA
Y, LO QUE RECUERDO,
NO ME ASUSTARA...
SI TÚ QUISIERAS
COMO YO QUIERO...
SI FUERA BONITO
TODO LO QUE ESCRIBO..."

Enrique Ortiz



Escapaba. Creo que tenía pegado a la suela del zapato una guirnalda de fiesta. Me senté en un banco de plaza dejando evaporar el sudor etílico, estirando los brazos en el respaldar. Mi camisa se adhería a la piel queriendo confundirse con mis células. Sentía en la boca pastosa el regusto del beso de vidrio, de cabellera rizada sobre los hombros, de los ojos inyectados en sangre de lobo. Canturree algo, una canción triste. Vi esa cara repetida, ese gesto de ojos que se cierran al besar. Otra vez esa cara. Me separé del mundo en un suspiro, en un aliento.

Quise mentirme por centésima vez, y como toda respuesta mi cuerpo dio un temblor. ¿Por qué no volvía a casa? ¿Qué hacía allí? ¿Por qué había dicho eso que ahora me sonaba tan estúpido? Y que excusas tan ingenuas para escapar…

Recé al sol a ver si me daba revancha. Implore a la madre de todos los árboles que esto se acabara, que me dejara en paz ese murmullo. Lo siento, no quise hacerlo.

Nadie me avisó que el placer esconde un vuelto de insomnio. Que en las acrobacias reales no hay red. El árbol cae en el bosque, sin que nadie lo oiga. Si todos caen al mismo tiempo tampoco escucharás su ruido. Que existe la soledad en la multitud y que se te amarra al pescuezo, hermosa y salvaje, como dogal de verdugo.