miércoles, 20 de diciembre de 2006

Mirad y mitad

Esa mujer,
que rebosa de ausencia el borde con su boca,
muerde con sus ojos la certeza artera del fracaso nocturno,
y como una isla irredenta
dibujada por mil batallas sangrientas,
marca con ritmo de marioneta
la suerte de sus compañeros de viaje.

Esa mujer
de frontera invisible,
tañe a la madrugada sus cicatrices,
reposa desnuda entre las sabanas
y el pájaro afónico de párpados cerrados le acicala sus ronquidos.

Y una caricia sube hasta el bolsillo de su piel,
el escalofrío es ya una lagrima.
Le asustan los finales
palos de escobas en la sombra,
ruido de las piedras al chocarse bajo el agua.

Ese final, esa mujer, ha provocado el vomito
la muerte del cuerpo soberano.
Se ha quedado de-vuelto las palabras guardadas,
las palabras prohibidas,
las -por fin- equivocadas

Esa mujer ha procurado convencerme de que ya no soy un niño
con una moribunda bofetada de agua,
un domingo de mañana.

(boca seca,
vestal desértica,
humo sin fuego burbujeante,
nepente de las razas,
ceniza espartana sobre las sopas kitsch)

Esa mujer, se ha convertido en palabra.
Ya no le mortifica la redención,
desafinando los cantares de experiencia

Mujeresa, pequeña maldición indómita,
despierta, me mira
y me ve más viejo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

JO-DER. He llegado aquí buscando una letra de Le Punk que está en esperanto y me he quedado impresionadísima.

Volveré.