Mientras el crimen organizado avanza royendo los ladrillos de la incertidumbre, un grupo de sentimientos dialogan con la paz. Descubren nuevas formas de serle infiel el desvarío, al sueño de la cordura, al joven que nunca nace. ¿A donde iremos? A donde nadie se cansa nunca de no frenar, de no acordarse de esa mala fortuna que nos vio llorar. O acordarse y no frenar. La noche se alza en voces que la policía no oye. Y un recuerdo recurrente mea los árboles que narran las historias más absurdas, como las de que esto no puede ocurrir, las ínfimas gargantas anudadas ante la presa de la caza precaria como es la muerte. Y pensar que podrías haber sido eso que anda en el odio y no en la penuria de la nada, el olvido. Siento un mar de jaulas, las dudas se afinaron, solo dar vueltas a la manzana de la miseria, la atadura de esperar, las ganas de no dar mas giros en el pañuelo ni hacerlo girar. Sé que tu no piensas que todo es lo mismo y por eso intento no pensar que todo es lo mismo, y girando y dando vueltas me encuentro con la rosca que nos roza, el whisky sin dedicación y las palabras que nada dirán. ¿Es que ya nos perdimos? , ¿Es que es tan fácil?, ¿Es que es mejor no preguntar si nos enfermamos de mermelada o de sangre?.... el diálogo, esa infortuna forma de expresar lo que no es dialogado. Ese cambio hacia lo cambiante, esas mierdas que nada cambian, ese sistema que nada lo dice pero dialoga con nuestras penas. Mierdas, miradas de mierda que nada me dicen. El prolegómeno a una verdad en palabras, la sinceridad de Rojas, y cuando hablo de sinceridad es para que los demás lo lean, y si quieren lo vean. Te estoy cuando no me soy. Me siento cuando no estoy siendo eso que me fui. Pero no me intimides “los pájaros que anidan en tus manos”, y “Su pluma no reconoció jamás la fatiga de sus manos”. Terrible coincidencia.
Ya desfavorable el destino, migajas de placer. Inviernos de las sirenas. Tiempo que nunca cede un gramo de día. Llanos son los lugares en donde el comunismo cabalga sobre las lágrimas de haberte sido eso que nunca caminó nuestro mareo despavorido sin haberme hecho.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario