"Tanto nadar para morir en la orilla"
(cápitulo suprimido de "El Capital" de Karl Marx)
No hay cántaro que llegue a la fuente,
apenas parece conseguir algo y ya no se entretiene.
Tres cuartos de hora dura el juguete,
luego la caja, luego la nada.
Una y otra vez jura que siempre lo quiso,
pero ese guiso de matete que lleva en la mollera
ni le da cuerda, ni lo libera.
Hay, claro, momentos extáticos,
momentos donde quisiera vivir en el orgasmo,
Hay, claro, momentos extáticos,
momentos donde quisiera vivir en el orgasmo,
pero al ratito la resaca le tira la pelota afuera,
y aparece la abulia, vieja compañera.
Acaso de tanto rodar la piedra algun día sea rueda,
y encuentre aquella sed verdadera,
Acaso de tanto rodar la piedra algun día sea rueda,
y encuentre aquella sed verdadera,
la única que puede hacerle volver a la fuente
y beber de ella.