domingo, 13 de diciembre de 2009

Sueño




"La diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión persistente "
Albert Einstein.


Yo no, vos.
Pero es que amor, amore… la negación. Ahí está… maremoto de notas… Juancito el caminante. Tantas cosas. Algunas las digo otras las escucho. Por ahí no tengo ganas. Stop. Muerte al prócer. Me gusta el jazz, punto. Y todo el trabajo del pasado, caducó en el verde. La manía de la acción artística hizo sombra en la llama, la llama de la máscara.
No lo vi, lo sentí, lo disimulé, intenté atraerlo pero era ella la que no quería. Vivía y nadaba, se abría y mutaba entonces no transpiraba.
Me llamó a la siesta, mi paciencia perdía sentido en las notas de un cuadro. Un cuadro que adornaba parte de los recuerdos, cerca de la luz los cráneos son radiofónicos. Volví a ver un saxo dorado cuando murieron las ganas.
La existencia se debatió en una discusión sin altura. En el marco estaba el feliz destino. El día se hizo la sombra tranquila. La libertad fue banal, ya la luz no valía como nunca, como siempre. Trasladarse no, mutar si.
No cuentes lo que no pasó, maldice el tiempo que fue útil pero no detengas tu paso en el humo frágil de la inocencia. Piérdete. Castiga el murciélago que no te ha hecho daño. El calor no es un objeto. El objeto no calienta. La línea que divide el ir o el venir nunca existió, pero el jazz te parte al medio, te conserva, te sucede y te extermina sin divagar. No divagues. Todo es mentira como si fuera una verdad. No te cuelgues ni te sientes eternamente en el abismo de las lágrimas complacientes. La tristeza tiene fin sin que uno lo decida.
No nací para ser sahumerio, el sahumerio me marea y ya lo exhalé. Por suerte no creí la mentira y supe que no todo era posible cuando todos los ríos de ira me dieron sueño.
Ella miraba a mi derecha, sabiendo que el tacto se fundía en una triple sonrisa, cuando el despertador sonó todo acabó. En ese momento caímos. El orden hizo metástasis, no pudimos no volver.
Un pueblo alzó hambre y lo tradujo a la cuna del desarrollo burgués. A pesar de que la traducción fue correcta, no fue lo suficientemente completa. Ahí nacimos como al estilo de bacterias por segunda vez. Quizás me perdí, quizás se perdieron, quizás nos perdimos. Y el idioma biológico del caos hasta lo podemos encerrar en una probeta, pero quizás es más fuerte, la contra-revolución adormece elitistamente el secreto del humor. Amor nace, es un laberinto, espiraliza en la rutina y duerme en el placer tranquilo de una cara transparente. Yo te quiero sentir sin verte y cuando te veo siento que te quiero.